La inducción miofascial, también llamada liberación miofascial, es una técnica global de terapia manual dirigida a las fascias del cuerpo.
Pero ¿qué es la fascia?
Lo primero que hay que tener claro antes de seguir hablando sobre esta técnica, es qué es la fascia. Se llama así a la estructura de tejido conectivo que se extiende por todo el cuerpo. Es un tejido muy resistente que recubre todas las estructuras corporales, incluyendo las vísceras. Su función principal es dar soporte, protección y forma al organismo. Para que os hagáis una idea, es como si por debajo de nuestra piel tuviéramos un traje de buceo de neopreno.
¿Por qué es tan importante la fascia?
Su importancia se debe, como hemos dicho antes, a que es una red ininterrumpida que recubre todo nuestro cuerpo y nuestras vísceras. Esto supone que una lesión provocada, por ejemplo, por una contusión, va a provocar un endurecimiento y acortamiento de esa zona. Este acortamiento provocará, por su parte, alteraciones en otra zona totalmente distinta y muy alejada del foco inicial de lesión. Y ahí radica su importancia, ya que un problema visceral puede dar lugar a un problema en el aparato locomotor y a la inversa.
¿Es dolorosa la inducción miofascial?
Este tipo de tratamiento no es en absoluto doloroso. De hecho, es muy relajante y provoca gran sensación de bienestar en el paciente. Esto sucede porque esta técnica usa maniobras muy suaves basadas en presiones y estiramientos apenas perceptibles para el paciente. El objetivo final de esta técnica es liberar cualquier tipo de restricción en la fascia. Es, por tanto, una técnica muy eficaz y muy efectiva, consiguiendo que la mejoría se note desde la primera sesión.
En nuestro centro solemos combinarla con otro tipo de técnicas, buscando la máxima eficacia en cada uno. Sin embargo, es posible que sean las únicas que utilicemos dentro de una misma sesión, debido a que este tipo de maniobras son muy pausadas y lleva cierto tiempo realizarlas correctamente.
¿Quién puede beneficiarse de esta técnica?
Al ser una técnica muy global, los grandes beneficiados serán los pacientes con dolor crónico o fibromialgia. Pero, por supuesto, se puede aplicar en cualquier patología que afecte al aparato locomotor (esguinces, tendinitis, ciaticas, dolor en la espalda…). Aunque ya hemos comentado que esta técnica puede aplicarse en casi todos los pacientes, no se podrá aplicar en determinadas patologías. Por eso es importante comentar todos los problemas de salud durante la entrevista inicial, por mínimos que sean, para evitar esta técnica si fuera necesario.